Pendientes tribales hechos a mano con arcilla polimérica e hilo dorado, están inspirados en la joyería ancestral de la cultura Inca, Maya y Azteca. Han sido elaborados en forma de media luna, pintados y gravados con texturas caseras creadas por mí.
Cuentan con un efecto metalizado conseguido a base del uso de pigmentos metálicos (polvos perl-ex), y cada pieza está tratada con barniz matificante protector, para conservar el brillo y color con el paso del tiempo.
Están montados en ganchos dorados libre de niquel y plomo, martilleados y moldeados a mano, y son muy ligeros y confortables.
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